A la muestra de Pablo D´Antoni conviene ir con lupa. Óleos en miniatura y retratos sobre la cabeza de un clavo  componen Pequeños ruidos en una gran habitación, en Espacio Ecléctico. Nacido en Mar de Plata en 1970, es licenciado en Artes del San Francisco Art Institutd y desde hace 10 años vive y trabaja en San Francisco, Estados Unidos.

-¿Cómo empezó esta preferencia por lo diminuto?

-Sin querer… limpiando un pincel en un papelito encontré que había formado una manzana, en 1997. Entonces empecé, como decía Vermeer, a buscar en un tamaño pequeño una escala gigante. Describir el mundo, el espacio y la luz en miniatura.

-¿Cómo logra pintar en un clavo?

– Uso clavos de construcción, más grandes que los comunes. Pulo la superficie y los pinto con óleo. Fabriqué una especie de puente que se desliza sobre la obra, para apoyar la mano y que no me tiemble el pulso. No uso lupa, sino que busco la distancia óptima entre mi ojo y la obra.

-¿Cómo queda después de una jornada de trabajo?

– Me concentro tanto en un punto que me pierdo. Logro una paz inmensa. Es como estar en trance, en meditación, y eso que no soy místico, ni nada de eso.

-¿Qué lo atrae?

– Creo que me pongo a prueba en cada obra. Y prefiero hacer un mundo chico y perfecto, que uno gigante y fuera de control.

Hasta el 18 de junio, en Humberto Primo 730.

LNR, 5-6-5

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