Esta publicación reúne mis poemas, que no son otra cosa que odas a la felicidad doméstica y algunos milagros cotidianos: lo que pasa en una casa cuando dos enamorados, tres chicos y un perro se quieren entre sí. A veces siento que es un poco a contramano, esto del amor romántico con libreta… Pero no puedo escribir otra cosa que lo que soy. Versos para no olvidar lo que es abrazar a un bebé, ver a una chinita que crece, cerrar postigos en noches heladas, bailar lentos en pijama, dormir de la mano, viajar en olores o cantar mientras lavo platos.
El libro es también una obra de cuarentena. Ordenando cajones y libretas viejas se me dio por pulir y seleccionar los versos que escribo desde siempre, pero que nunca habían salido de mi casa (salvo un puñado, incluidos hace años en dos antologías). Algunos habían sido ya trabajados en mis tiempos como alumna de Arturo Carrera, en 2001. En 2020, en encuentros por zoom, con Cecilia Pavón terminamos de darle forma al conjunto. Se dividen en tres capítulos: Así pasan nuestros días (los más actuales), Novios a la distancia (crónicas de un enamoramiento a primera vista) y Decálogo para un casamiento (un grupo de diez poemas epifánicos frente un enlace inminente).
Decálogo para un casamiento
María Paula Zacharías
Editorial Mansalva
poesía
94 páginas
14 x 21 cm
ISBN 9789878337203
$ 870
Disponible en librerías y acá.
Texto de contratapa por Cecilia Pavón:
¿Qué dulce ensueño se despliega en ese rito ancestral y siempre nuevo de la alianza amorosa? ¿Y cómo son las palabras y los tonos que pronuncian las poetas enamoradas cuando tienen la suerte de caer en un matrimonio feliz? ¿O será al revés, será que todo poema es un conjuro y un rezo para nunca salir del espacio hechizado y transfigurado de la familia y el amor? Tan transfigurado e idílico que se vuelve común, simple y cotidiano. Una sencillez luminosa tras la que parece insinuarse el corazón mismo de todas las fábulas. En Decálogo de un casamiento, María Paula Zacharías nos recuerda que la poesía debería ser siempre un tratado sobre la felicidad.
Entrevista con Hersilia Álvarez:
Reseña de Agustina Larrea en Diario.Ar: https://www.eldiarioar.com/sociedad/mil-lianas/huellas-dolor-revela-foto_129_7346956.html




Nota de Carlos Aletto para Télam: https://www.telam.com.ar/notas/202103/548939-picardo-cohen-y-zacharias-tres-poetas-para-entender-la-poesia-escrita-durante-la-pandemia.html
Reseña de Diana Fernández Irusta en LA NACION, 20 de abril de 2021:
Hay personas luminosas. Y hay libros que se ofrecen a la lectura como un paseo grácil, una caricia aérea, pequeña, necesaria.
Estoy leyendo Decálogo para un casamiento, poemario de María Paula Zacharías publicado por Mansalva y –la maravilla de algunas casualidades– por la radio suena “Come in from the cold”, de Joni Mitchell. Esa voz, esos acordes, esa esperanza de día soleado es todo lo que necesito para que los poemas de María Paula me terminen de abrazar.Ads by
En tiempos airados, a contramano de cierto espíritu de época, Zacharías escribe una oda a la felicidad conyugal. Sus versos son versos de entrecasa; una erótica del día a día, hogareña. “Vos y nuestros hijos caminan delante de mí/los veo andar y pienso/ que ahí va mi corazón/ partido en cuatro pedazos”. Algo en estos poemas, ese susurrar a los cuatro vientos el gusto de estar en familia, me recuerda a la escritora y periodista francosuiza Mona Cholet, que en el libro En Casa no pone el foco en la familia, pero sí en quienes adoran demorarse entre las cuatro paredes del hogar. Cholet, feminista, de izquierda, se planta a por fuera de la cultura del vértigo, de los viajes, de la estridencia, del callejeo y de los mil modos de la acción a cielo abierto, y reclama el soberanísimo derecho a quedarse quieta. Les dice a los nómades que está muy bien lo suyo, pero que ella prefiere acurrucarse, con una taza de té y un libro, en el pequeñísimo lugar que es su lugar en el mundo. Su casa.
Lejos de la expansión del ensayo, en el registro minimalista del poema, Zacharías hace algo similar. En un momento de replanteos vinculares, en una cultura para la que desde hace rato no hay historia de amor si no hay pasiones torturadas, desencuentros, dolor o crónicas anunciadas de estrepitosas rupturas, en este época y a sabiendas de esa cultura, María Paula registra instantes que son como cristalitos de ternura.
“Soy al fin mi profecía/ toco mi nido hueco/ ya estoy siendo un hogar”, escribe en la serie de poemas dedicados al comienzo de la vida en pareja. Cuenta también cómo es esto de entrar “en el baile de los horneros”, y se abre al deseo –entre sábanas crepusculares y juguetes desparramados y perfumes de niño y de hombre– de que el tiempo no pase volando, que permanezca la gracia de dormir con la ventana abierta a un concierto de grillos, que por un rato más la mano de un bebé siga el surco de su piel. Y se pregunta entonces por qué todavía nadie inventó una palabra que defina esa felicidad precisa, la que aparece cuando se regresa a casa después de un viaje.
En Maestro Cafiso, un libro anterior publicado por India Ediciones, Zacharías confiesa que adora las historias de amor. Cafiso, el hombre cuyo retrato despliega en este libro, es un artista sin oropeles. Paula, periodista especializada en Arte, lo descubre en su taller. Un maestro del soplete y los metales fundidos que a los ochenta años sigue desplegando un oficio impecable y que, en paralelo, hace su personal y secreta apuesta artística: obras a escala. Una Torre Eiffel titilante y perfecta, un Puente Transbordador Nicolás Avellaneda al que aspira reproducir hasta en sus mínimos detalles. Cafiso no busca la gloria ni los premios ni eso que a veces se llama carrera profesional. Hace lo suyo, lo hace bien, y le basta. Cafiso además ama a una mujer. La ama a su manera íntegra y desprejuiciada. Y Paula, que adora las historias de amor, no podía más que contarla.
Con ese mismo impulso, en Decálogo para un casamiento traza las huellas de la buena fortuna. Leila Guerriero, referente de la crónica latinoamericana, alguna vez dijo que el gran desafío empieza a ser encontrar el modo de contar no solo la carencia, lo que subleva o lo violento, sino también la felicidad. Con sus poemas, María Paula Zacharías eligió caminar por ese lado del sol.

Entrevista radial con Franco Torchia en AM 1110, en el programa No se puede vivir del amor:
Reseña de Daniela Pasik en Digan sus elogios: https://digansuselogios.com/2021/07/31/decalogo-para-un-casamiento-de-maria-paula-zacharias-parece-que-la-felicidad-existe/
Pareja. Bebés. Un perro. Casa chalet. Bosque, leña, lenguas. Amor, pequeños milagros cotidianos. Un mix que encuentra el cruce entre boda y matrimonio para hacer breves, pero enormes, odas a la felicidad doméstica. Este es un libro de poemas que hablan de lo que pasa en una casa cuando es un hogar compuesto por una mujer, un hombre, tres chicos y un perro que se quieren entre sí.
POR: DANIELA PASIK
Es diferente un casamiento a un matrimonio. Nada que ver. Uno es la expectativa, el plan, una fiesta con vestidos, trajes, a puro romance y promesas, levitar en una sensación, el momento en el que todo está por pasar. El otro es la vida cotidiana, las obligaciones, lavar los platos, criar hijos, hijas, pasear al perro, hacer compromisos, un trabajo —elegido, pero trabajo al fin— de sostener, para avanzar, siempre armar. No es lo mismo un casamiento que un matrimonio. Pero, a veces, parece ser que puede ser un mix. O sea: pasar todo a la vez.
Decálogo para un casamiento (Mansalva, 2021), de María Paula Zacharías, comienza con dos citas. Una de Irene Gruss, reina sin corona de la poesía doméstica y descarnada, y otra de Marosa di Giorgio, pitonisa de exuberancias salvajes. Esas son las puertas de entrada al mundo que propone este libro, como si fueran las pautas para leer el mapa que lleva un tesoro tan brillante y tentador como sencillo y al alcance de la mano.
“me río y te reís
y nos cuesta encontrarnos la boca”
Así cierra el primer poema, breve, que en seis versos logra la foto incapturable en imagen, esa de la complicidad en pareja. El erotismo y lo inocente, el conocimiento y la sorpresa, todo encerrado en un gesto. Es la apertura del primer capítulo, que también indica el tono con su título: “Así pasan nuestros días”, en un plural que se sostiene no por pose o endogamia, sino desde una elección tan sencilla y rotunda como ¿el amor? Sí, eso.
Un libro de poemas. Poemas sobre el amor. El amor como objeto de inspiración. Mientras el mundo se cae a pedazos y una pandemia arrasa el afuera. Cuando hace rato quedó claro que el amor romántico no solo es imposible, sino que hace daño. Zacharías no juega a la polémica, ni es antigua o está demodé, pero decididamente va a contramano de todo. Es valiente. Escribe en su burbuja sobre su burbuja, una que no solo la salva a ella, sino que contagia, en cada página, la intimidad luminosa y profunda con la que arma su hogar, que no es lo mismo que una casa.
Este hogar tiene el cortejo y la cosquilla en estómago como parte del matrimonio, en un casamiento constante. Están la exaltación —lírica y también concreta— de la ternura y el deseo en lo cotidiano. Ahora, hoy, en este tiempo en el que cada día se puede deconstruir algo más, cuando los feminismos —y el sentido común— proponen salir de los mandatos. En medio de todo eso, Zacharías encuentra en sus poemas un modo de vivir el amor romántico, pero transformándolo. Sin combatirlo, solo quitándole el peso del deber ser, enamorada de su elección.
“Todas las puertas de
los patios chillan.
Hacen un chirrido
metálico y agudo,
largo como un bostezo,
que indica que empezó la mañana
o terminó la siesta del domingo.”
Dice, así, en un inicio de poema que habla de eso, pero también de algo más. Y queda claro en el cierre, cuando explica: “No se deben engrasar: son así./ Sin ellas, no sabríamos/ que todo fue un sueño/ y que seguimos vivos”. Porque aunque pasea en sus versos entre olor a leña de un marido amado, hijos que la conmueven y música de grillos que la arrullan a la noche, no es una delirante que anda por la vida flotando entre pajaritos, ajena a las coyunturas.
Tampoco lo son sus poemas, que adoran, pero no idealizan. Una enamorada que vive un matrimonio feliz. Parece que existe, ella lo muestra. Una madre que entiende que no es dueña de su bebé. Lo describe con respeto: “Crece entre/ mis brazos/ este cuerpito/ que aprieto/ en mi pecho./ Cada mañana/ más pesado/ y más ajeno”.
Periodista especializada en artes visuales desde hace dos décadas, Zacharías escribe en el diario La Nación y publicó libros como Guillermo Roux en sus propias palabras (Editorial Ariel, 2018). Este es su primer paso en la poesía, y capitaliza, de algún modo, todas sus experiencias. Su lirismo está repleto de imágenes y colores. Y el segundo capítulo, “Novios a la distancia”, podría ser un compilado de crónicas en verso —y algunas pequeñas prosas— sobre el enamoramiento. Hay mariposas, bocas, lenguas, deseo, abrazos. “En la ruta agradezco/ la penumbra tierna/ de luciérnagas y estrellas.// Voy camino a encontrarte”, dice.
El tercer capítulo se llama como el libro, y en esos diez poemas casi epifánicos arma literalmente su decálogo para un casamiento que es un matrimonio. En el VIII, dice: “recién encuentro sentido/ en todo lo anterior/ este camino ya trazado”. Y más cerca del final, declara “llegó la hora de ser sagrada/ entro en el baile de los horneros/ gravemente a juntar ramitas/ y emprender los trabajos más sencillos”.
Decálogo para un casamiento, de María Paula Zacharías, es un conjunto de poemas que, en su totalidad —con tapa lila y lomo rosa incluidos— es una breve y luminosa oda a la felicidad doméstica, la exaltación voluptuosa de una erótica hogareña hilada a través de imágenes simples, brillosas. Al pasar las páginas hay ruido a familia, esa típica con hijos, un perro, chalet de jardín al frente y todo el cliché, pero comandada por dos personas adultas enamoradas, que duermen de la mano y bailan en piyama. La fiesta después de la fiesta.
Decálogo para un casamiento, de María Paula Zacharías.
Editorial Mansalva, 2021.
94 páginas.
La nota de Aletto salió también en Infobae: https://www.infobae.com/cultura/2021/03/30/amor-encierro-y-maravillas-cotidianas-tres-poetas-reflexionan-sobre-los-versos-pandemicos-escritos-en-cuarentena/
En los tiempos de intromisión reflexiva, extrañamiento y de incertidumbre creciente que instaló el coronavirus, la mirada poética permite anclar en sus versos algunos sentimientos que en la vigilia y lo cotidiano se hacen escurridizos, como lo muestran la reciente aparición de Un tiempo sin destino (fragmentos de un discurso en pandemia) de Sara Cohen y Osvaldo Picardo y Decálogo para un casamiento, de María Paula Zacharías, “también una obra de cuarentena”, según dice su autora, quien ordenando cajones y antigua libretas pulió viejos versos que nunca habían salido al mundo exterior.Ambos libros reflejan desde distintos ángulos y vivencias un momento en el que la pandemia, el confinamiento y la muerte ocupan un espacio central en el mundo. “En el primer canto de La Ilíada, Homero ya habla de una terrible epidemia”, dice Picardo. Y agrega: “Y para no ir tan lejos el peruano Watanabe tiene un hermoso poema dedicado a su hermano muerto, donde dice ‘la peste tenía su oficio’”. Para el poeta marplatense la relación que puede existir entre pandemia y poesía sólo podría ser temática, pero no cree que tuviera otra vinculación más sustancial.
Nota de Daniel Gigena en La Nación que cuenta de libros que hablan de amor 💕 https://www.lanacion.com.ar/cultura/la-revancha-de-eros-de-las-delicias-de-la-vida-conyugal-al-eclipse-del-amor-romantico-nid26042021/
Dice:
No obstante, el amor cortés insiste y se adapta al escenario del siglo XXI. En Decálogo para un casamiento (Mansalva), la investigadora especializada en arte María Paula Zacharías reúne una selección de poemas sobre la dicha conyugal escritos a lo largo de los años. En tres capítulos -”Así pasan nuestros días”, con textos sobre los hijos y la vida cotidiana; “Novios a la distancia”, crónica de un amor a primera vista, y “Decálogo para un casamiento”-, se cuenta en verso una historia de amor: la de la autora. “Los poemas tienen en común el hallazgo de la felicidad, que creo que es mi talento: encontrar siempre algo maravilloso que celebrar y agradecer, por más insignificante que parezca -dice-. Soy tan optimista que pienso que no es feliz el que no quiere, porque siempre hay algún motivo para sentirse afortunado: un grillo, un buen viento, una copa de vino, una luciérnaga”. Zacharías es consciente de que hoy no resulta “muy deconstruido” hablar de una pareja de enamorados casados por civil y por iglesia, con tres hijos y un perro. “Pero creo que todos buscamos el amor -destaca-. El buen amor. Ser feliz, dar y recibir amor, no es algo que pase de moda. Estos poemas abrazan la felicidad de estar en casa, y ahora estamos todos mucho más en casa: en 2020 me dispuse a mostrarlos, en parte porque tuve tiempo de volver sobre ellos”.
“Hoy dormimos juntos./ Tu alma llena de paisajes/ empapará mis sueños”, se lee en uno de los textos. “Tenía mucho miedo a exponer algo tan íntimo y preciado -revela la autora-. Mi educación sentimental en la poesía comenzó a los trece, catorce años, suspirando de amor con Neruda y Benedetti, como corresponde. Mis primeros versos son anteriores al primer beso. Después aspiré a vivir y escribir sobre una vida sencilla como la de José Pedroni. O a sentir un amor desgarrador como el de Amado Nervo por su Amada Inmóvil. Me conmoví con Alfonsina y con Pizarnik. Tuve una época de Marosa Di Giorgio, la leí toda, la escuché, la amé. Me la presentó Arturo Carrera, cuando a los veintipico estudiaba con él”. El título del nuevo libro de la autora de Maestro Cafiso es una invención del maestro Carrera.
Reseña de Marina Mariasch en LatFem:
“En Decálogo para un casamiento, de María Paula Zacharías (Editorial Mansalva) parece que el matrimonio se trata de ser felices con lo que hay. Vivir en la eterna situación de casamiento, como reza el título (sí, rezar una plegaria). El casamiento es la fiesta y la ilusión de lo que vendrá. El matrimonio es lo que sucede después. María Paula sugiere amar una promesa, vivir el milagro de un colibrí, la fortuna de sentir los pasos de lx otrx, de que falte al trabajo, de los grillos por la ventana.”



Dice Verónica Boix:
Es domingo y quiero quedarme a vivir en estos versos. Los poemas de 𝙳𝚎𝚌𝚊́𝚕𝚘𝚐𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚌𝚊𝚜𝚊𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 de la poeta argentina María Paula Zacharías encuentran imágenes poderosas por lo simple y significativas, para hablar de las felicidades chiquitas del amor cotidiano. Una mamá que trabaja mientras escucha a sus hijes jugar o bañarse; una pareja que baila improvisado mientras el repulgue de las empanadas espera en la cocina; el bebé que le da de comer a la mamá, cada uno de los gestos proyecta la dimensión maravillosa de la felicidad natural que da el amor de verdad. Suena tan de ptra época, pero Zacharías logra que sea contemporáneo y posible. Una hazaña en la oscuridad de los vínculos de hoy.
Si tenés ganas de un abrazo, un lugar de reparo, una canción de fe en el amor, te recomiendo con mucha fuerza que lo leas. Hace bien al corazón.
Fotos de Natacha Pisarenko:
Categorías:Libros
gracias M.Paula, yo tb creo en el amor. tengo 36 años de casada, una hija de 30 y el varón de 27 años criados con mucha dedicación y cariño, mi perra que después de 13 años nos dejó en este plano pero que al recordarla se me llena el alma de lo vivido. soy de 1960 pero con la inquietud de 30… el tiempo transcurre en un abrir y cerrar de ojos cuando pisas cierta edad. Apostar a la pareja, tantos años, con sus diferencias pero mirando hacia adentro. fortaleciendo vínculos. los dos críos que ya viven solos, universitarios y con trabajo, qué más pedir…. El verlos felices y trabajando a conciencia, merece estar satisfecha, siempre atenta para ayudarlos y seguir queriéndolos incondicionalmente. Mi obra escultórica através de 40 años creciendo con su apoyo ….de trabajo constante me encantaría que la conozcas insitu cdo puedas estoy en barrio Nuñez..serás mas que bienvenida te sigo en tus charlas x zoom con artistas durante todo este tiempo y disfruto tus libros abrazo de corazón beso norma
Norma Siguelboim http://www.normasiguelboim.wordpress.com
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Norma, qué lindo lo que contas!!! Hay un poema en el libro que empieza así: Llegar a vieja con vos/ en una casita así…. (es la casa de la tapa del libro). Vamos 17 años juntos, pero soñamos con llegar a los 36 igual de felices que ustedes. te abrazo!!!
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