Corrientes tiene su primera feria de arte

Durante el último fin de semana se realizó ArteCo, Mercado de Arte de Corrientes, de los artistas directo al público; charlas y debates para construir una escena en ciernes.

CORRIENTES.– La primera edición de Mercado de Arte de Corrientes fue un incentivo importante para la comunidad artística local. Una ventana que se abre. Artistas talentosos hay muchos, y 40 de ellos expusieron sus trabajos en un encuentro cara a cara con el público. Con un contingente de galeristas, coleccionistas, gestores, artistas y curadores de otras provincias, se intentó fomentar el crecimiento de otros agentes culturales en este magro campo de arte, a través de charlas, debates, presentaciones de libros y encuentros sociales.

La feria supuso para los artistas una de las pocas oportunidades de venta que tienen, porque no hay galerías en esta ciudad. Entre pequeños stands unipersonales, fueron sensación los altares religiosos y paganos de Blas Aparecido, que en el primer día tenía varios puntos rojos. Otros de sus trabajos se pueden ver ahora en la muestra La Marca original: arte argentino, una colectiva federal que está ahora en el CCK, donde también coinciden las obras de Gustavo Mendoza (que intervino además el foyer del Teatro Vera con una gran obra textil, Bicho), Maia Navas, Laura Seniquel y Julia Rosetti (ausente en la feria, pero presente en los debates con el recordado espacio Limbo).

 

También fueron furor las pequeñas pinturas de Alberto Ibarra, un pintor finísimo y misterioso, que en cartones crea escenas que cruzan humor con historia del arte mediante una técnica magistral: el San Juan Bautista de Leonardo con un yacaré en la frente o La Gioconda cebando un mate a Van Gogh… Había llevado sólo cinco pinturas, pero ni bien pisó la feria, se vendieron todas en cuestión de minutos. Artistas, coleccionistas, galeristas y funcionarios públicos estaban esperando ansiosos a Alberto Ibarra para comprar sus obras. Al final de la feria, que duró cuatro días, había vendido 20 pinturas entre 6000 y 15.000 pesos y ya tiene galerista en Buenos Aires. César Abelenda, director de Pasto y correntino, ya lo conocía y había mostrado su obra en su espacio –en cartones crea escenas que cruzan humor con historia del arte mediante una técnica magistral–, y ahora trajo varias para vender en la ciudad. “A fin de año haremos una muestra individual”, contó. En 2010 estuvo en arteBA y también debería estar en Interpol, en la base de obras robadas. “Compré un retrato de Beethoven hecho en la parte interior de una caja de fósforos. La tenía en mi biblioteca y un día no estaba más”, dice Tomás Espina, otro artista y admirador.

“Me quedé pintando. No esperaba que vinieran en tropel”, dice Ibarra arrastrando las erres, por teléfono, acerca de su ausencia. Trabaja en una habitación de dos por dos metros, donde vive y pinta sobre lo que encuentra, casi todos los días, a veces hasta siete horas seguidas. Su formación es autodidacta: “Empecé porque me gustaba la magia de un amarillo y un azul que se transformaban en verde. Me quedaba en las clases del secundario dibujando en la última fila. Después empecé a copiar postales. Me compré libros de Taschen para aprender historia del arte: Van Gogh y Chagall me impactaban mucho. Cursé un año de artes visuales en Chaco, pero yo quería pintar”. La inspiración le llega de esas páginas y de su entorno: “Uno acá está un poco invadido de toda la temática del Iberá. No podés escapar del chamamé, aunque no te guste. También están los recuerdos de mis días campestres: sentía mucha euforia al correr entre limonares, ver pasar volando una perdiz, trepar árboles en la quinta de mi abuela”.

La feria tomó dos sedes, La Sociedad Española y la Mansión 1900, y se expandió en museos como el Bellas Artes Juan Vidal y el nuevo de Ciencias Naturales Bonpland, que ocupa el lugar del antiguo zoológico a orillas del Paraná. También en el Centro Cultural Universitario, donde exponen Celeste Massin y Mauro Pessoa, y en El Mariscal, donde muestra Claudio Ojeda. Se proyectó la película Los nuevos mecenas del arte, hubo performances y cruces de música y arte de Leo Almada, anfitrión de una de las tantas fiestas que disfrutaron los visitantes. Los artistas litoraleños Diego Figueroa, Andrés Paredes y Beatriz Moreiro ofrecieron relatorías de su obra, y se dictó un taller de poética de la imagen coordinado por Nicolás Grandi.

Gustavo Mendoza, en el Teatro Vera, Bicho – obra textil anilinas pintura madera bordado 560×240 cms

La organización estuvo a cargo del Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes, que dirige Gabriel Romero. “Queremos que esta iniciativa continúe”, dijo, satisfecho con los resultados. La convocatoria de visitantes fue bien federal, con artistas, galeristas, coleccionistas y agentes culturales de Rosario, Córdoba, Misiones, Chaco y Buenos Aires. “Esto no pasa en mi provincia”, se admiró el misionero Paredes. Pero tampoco se alentó a expandir la actividad, y cruzar el río por ejemplo para conocer Monte, el taller y residencia del artista Juan Sorrentino en medio de la espesura chaqueña. “Una pena estando tan cerca”, lamentó.

Con una muestra en la Legislatura y un stand, se presentó el futuro museo de arte contemporáneo Ñandé Mac, que todavía no existe más que como una donación de la colección del artista Luis Niveiro, impulsor de esta idea, y un catálogo que la hace palpable.  “En cuatro meses hicimos la asociación del museo, y ya tenemos presentada la ley para su creación, que esperamos que se apruebe pronto. Son más de cien obras de artistas de todo el país”, contó. Todavía no tiene asignado su espacio físico.

En general, los artistas estaban conformes con la iniciativa, y expectantes respecto de sus resultados. “La feria tuvo buena convocatoria. Acá tengo piezas prestadas porque casi todo se vendió. La idea es que el año que viene esté todo más aceitado”, dijo Aparecido. “Hay que educar al público. Acá no hay galerías, así que muestro mi obra en el taller y a través de las redes logro conectarme con gente de todo el país. Por Facebook e Instagram he vendido obras y me invitaron a participar en muestras en Buenos Aires y Rosario”, contó José Mizdraji, autor de dibujos y esculturas de animales autóctonos.

 

 

Seniquel, autora de un paisaje de Corrientes en exposición y anfitriona en el único espacio autogestionado del arte contemporáneo local, La Espejería, fue quien curó el área más prometedora, en el primer piso algo en ruinas de la Sociedad Española. “En esta sala pedí mostrar artistas sin stand, con obras más grandes. El resto de los participantes respondieron a una convocatoria pública y fueron aceptados todos los que se presentaron”, cuenta. Por eso lo ecléctico de los feriantes. Seniquel seleccionó fotografías, videos, instalaciones y pinturas de gran formato de Carla Colombo, el colectivo Cucu Trash, Hugo Justiniano y Gustavo Mendoza, entre otros. “Mi pregunta es cómo continuar ante la ausencia de galerías. Por eso me parece una oportunidad muy importante este espacio para que los artistas podamos estar en contacto con el público, los coleccionistas y la crítica”, dijo Colombo.

Laura Seniquel, blanco Europeo, acrìlico, 2019

Profesionalizar la escena y cultivar el coleccionismo parecen ser los dos grandes desafíos. “No somos impotentes. Lo que no construyamos nosotros no lo va a hacer nadie”, alentó Gachi Prieto, galerista, que presentó el proyecto de formación para artistas Proyecto PAC. “Desarrollarse sin perder rasgos de identidad”, alentó Julia Converti, directora de arteBA. “Es necesario crear comunidad con artistas, gestores y compradores con su propia voz, construyendo roles y generando condiciones para vivir del arte”, señaló Natalia Albanese, de Mercado de Arte de Córdoba, en otro de los debates. Formación, identidad y constancia en las iniciativas como esta feria, esas pueden ser algunas de las claves.

Publicado en La NAción, 21/5/19, link: https://www.lanacion.com.ar/cultura/en-primera-feria-correntina-gioconda-le-cebo-nid2249995



Categorías:Artistas, Circuitos, museos y patrimonio, Viajes

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2 respuestas

  1. Hoy recibimos ambos libros en nuestro domicilio, estamos felices y ansiosos de sumergirnos en sus paginas.. mi marido hace tres años que se dedica a la pintura, ese es el motivo por el que decidimos comprar este material. Les comparto su instagram por si desean ver sus obras: einermartin. Su nombre es Einer Martin Schott. Gracias por este espacio. Atentamente Silvia Graziano

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