CORDOBA. – Desde el epicentro de la ciudad, una feria abierta, plural y federal intenta dibujar un nuevo mapa para las artes del país. En plena Plaza San Martín y puertas adentro del viejo Cabildo, una carpa alberga unas 60 galerías, ahí mismo, donde nacen las peatonales y suenan las campanadas de la Catedral. Mercado de Arte excede el objetivo de la compraventa de pinturas, esculturas, fotografías y otros soportes, con un espíritu asociativo entre instituciones y espacios autogestionados que se manifiesta en diálogo y espacios de encuentro.
Galerías prestigiosas y emergentes de varias provincias y de países limítrofes reciben visitantes diversos, porque el ingreso es libre y gratuito y los estudiantes de Facultad de Artes de la UNC forman brigadas que ayudan a los transeúntes ocasionales a entrar en la carpa. Adentro, se escuchan a los falsos Sabinas de la plaza, y se ven chicos de colegios y señoras con carritos de compras, lo mismo que un contingente de grandes coleccionistas de Buenos Aires. Llegaron para aceitar el engranaje de un mercado en ciernes, y recorren también galerías, colecciones privadas y museos como el Emilio Caraffa, Palacio Ferreyra y Palacio Dionisi. En esta ciudad, los espacios se multiplicaron en el último tiempo y hay un grupo de jóvenes apasionados que integra el Colectivo Coleccionismo Federal, que auspicia un programa de formación para artistas noveles y anoche inauguraron una muestra en el Museo Genaro Pérez con los resultados.

Un mercado en las calles cordobesas. Foto: LA NACION / Diego Lima
Organizada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y la Fundación Pro Arte, la feria va por su cuarta edición, las dos últimas en manos estatales y con el nombre Mercado de Arte (antes era EGGO, y la organizaba la Asociación Argentina de Galerías de Arte). «La feria creció el 30% respecto del año pasado. Dejamos de ser una feria endogámica, que sólo mostraba artistas cordobeses, para convertirnos en un espacio federal. El plan es pensar nuevas cartografías para el arte, fomentar lo asociativo, cuestionar el concepto de límites y fronteras, y generar mayores diálogos entre instituciones», cuenta el curador general, Gustavo Piñero, un artista gestor. Hay 29 galerías en la Zona Crespo, la sección principal, que no remite al barrio porteño que se volvió polo de galerías sino a Carlos Crespo, un querido pintor cordobés fallecido en 2010, cuya obra se exhibe en Bluma.
Entre los artistas, hay obras de maestros como Remo Bianchedi y Carlos Alonso, y jóvenes best sellers de arteBA como el tucumano Agustín González Goytía (en Pasto) y la fueguina Nacha Canvas (Quimera). También están los cordobeses Marcos Acosta, con pinturas, y Martín Carrizo, con esculturas en madera realizadas en residencia URRA Tigre. Entre los espacios porteños están Rolf, Hache, Hilo, Mite, Isla Flotante, Galería Jacques Martínez, y hay un importante conjunto de espacios locales, como Piccadilly, Sacha Mistol, Sasha D, The White Lodge, Espacio 130, El Gran Vidrio, y las ya tradicionales Vía Margutta, que festeja sus 25 años con una muestra en el Palacio Ferreyra, y Marchiaro, que con 40 años de existencia es precursor de la venta con planes de ahorro por sorteo, como los autos. «Siempre Córdoba me respondió una maravilla. En cada feria consigo cuatro o cinco clientes que visitan la galería. Muchos me cuentan que, antes de conocernos acá, nunca se habían animado a entrar», cuenta Víctor Marchiaro.
El Ministerio de Cultura de la Nación solventó buena parte de los traslados aéreos, y el municipio de Rosario apoyó a sus galeristas. «Intentar correr el eje de Buenos Aires es un gran valor, y hay que venir a apoyar», dice Diego Obligado, galerista rosarino. «Es muy bueno que galerías importantes de Buenos Aires apoyen proyectos federales», agrega Gab Gabelich, también de Rosario. «Participamos por segunda vez y siento que es una feria atractiva y con buen nivel, que genera interacciones, diálogos, redes y cruces. Las ventas están arrancando aún», dice Gachi Prieto, que optó por llevar a sus artistas más jóvenes, con precios atractivos que parten de los $ 7000. Todos apuestan a que la mayoría de las ventas se harán en este fin de semana.
El barrio joven aquí se llama Zona Bonino, homenaje al disruptivo Jorge Bonino de Villa María, y tiene espacios de La Pampa, Misiones, Tucumán, La Plata, Buenos Aires, Río Negro, Rosario, y dentro de Córdoba, de Unquillo, La Cumbre, Colonia Tirolesa y Villa María. Y en Zona Limítrofe se presentan galerías de Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. En Zona Editada se dibuja el mapa de los proyectos editoriales independientes, como Casa 13, Charqui (Tucumán), Proyecto Shared (Río Gallegos), Iván Rosado (Rosario) y Le putit Galerie (Mar del Plata). Una novedad es la Zona Liberada, dedicada a proyectos de gestión autónoma y de carácter multidisciplinario y federal, donde crece el proyecto de intercambios Flores. En el auditorio, se presentaron iniciativas como Meridiano, la Cámara Argentina de galerías de arte contemporáneo, y Bienal de Unasur, que se encuentra en etapa de convocatoria de proyectos.
En el Cineclub se ven y debaten documentales de artistas y en el auditorio se habla de coleccionismo, curaduría y autogestión. Hay aire de intercambio: 21 gestores de residencias para artistas de distintas partes del mapa celebran su primer encuentro nacional. Están en su lógica: se hospedan en las residencias para estudiantes de Ciudad Universitaria. «La idea es conocernos y acordar una agenda común de trabajo. Apuntamos a funcionar en red», cuenta Pablo Caligaris, de la Ira de Dios, curador de esta área. Además, los residenciales se disputan la copa del torneo de ping pong geopolítico, sobre una mesa donde hay un mapa del continente y la red está corrida hacia el norte, obra de Casa Tomada, espacio paulista.

Los emergentes también tuvieron su lugar. Foto: LA NACION / Diego Lima
«El arte es la manera de plantear futuro para las ciudades», dice Toni Puig, gurú español de las urbes creativas, presente para dictar una conferencia. Y el arte inunda la ciudad. Por ejemplo, es posible encontrarlo con forma de canica adherida inesperadamente al mobiliario urbano: es la obra ganadora del Premio Intervención en el Espacio Público, auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes, por la que el artista Leonardo Cavalcante distribuyó unas 5000 bolitas.
«El público empieza a entender el concepto de la compra de arte que estaba extinto en la ciudad», cuenta Georgina Valdez, galerista de The White Lodge. En su stand es el primer año en que la artista Dolores Cáceres participa en la feria, con obras que remiten a su polémica muestra de tres salas vacías del Museo Caraffa en 2015. «No participaba porque creía que había que promover el crecimiento real de galerías. Veo ahora que hay mucho que corregir, pero para esta ciudad éste es un espacio donde la práctica del arte está respaldada», explica. «Hay mucho público interesado, un puñado de coleccionistas, pero falta gente que se anime a comprar o agentes que ayuden, como compras por parte de museos locales o empresas, o programas de incentivo», analiza Gabriel Bitterman, de Quimera. También, pone fichas al domingo.

Mucha gente detrás de Mercado de Arte! (PH: FB de Mercado de Arte)
Un nuevo mercado en números
60 Galerías
250 Artistas
$ 500 Precio más bajo
Sigue hasta el domingo, de 14 a 21, en el Cabildo y la plaza San Martín, Córdoba- Entrada gratuita
Publicada en La Nación, Cultura, 20/8/2016. Link: http://www.lanacion.com.ar/1929875-cordoba-en-el-centro-del-mapa-una-feria-de-arte-federal-que-rompe-las-reglas
Categorías:De provincias, Muestras, ferias y bienales
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