Dan ganas de abrazarla. La nena, de grandes pies descalzos, brazos largos o polera con mangas cortas, el peinadito francés y esa mirada que se clava en el espectador, no ha salido de la imaginación de Ramón Gómez Cornet. En la muestra de Espacio de Arte Fundación Osde, Ladrón del Fuego, Fotografía&Modernidad, se descubre que el pintor santiagueño fue además un gran fotógrafo y que suUrpila, una pieza emblemática de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), tuvo su modelo vivo, idéntico a sí misma.
La pintura, que mereció el Gran Premio del Salón Nacional de 1947, está fechada un año antes. Su referencia fotográfica es de mayo de 1941 y revela que su origen no es santiagueño, como siempre se pensó, sino catamarqueño, del pueblo de Piedra Blanca, donde el artista solía vacacionar. La niña, la real y la pintada, es frágil como una torcacita: «urpi» en quechua significa paloma pequeña. Gómez Cornet la pinta delante de una pared de ladrillos de adobe de un rancho, el piso de tierra, un perro fiel dormido a un costado, una vasija y una yisca (bolsa tejida de chaguar) con choclos colgando de un poste: en pocos elementos, describe la cultura chaco-santiagueña, y su mundo labriego, artesanal y solitario. Una pobreza de barro muy distinta de la que Berni retrató trece años más tarde en Juanito Laguna, que ahora se despliega con todo su chatarrerío en el Malba.
En el MNBA la obra se expuso este año rodeada de otras de pintores de tierra adentro como José Antonio Terry y Francisco Ramoneda, en la muestra La Hora Americana. Gómez Cornet (1898-1964), pintor de una entrañable galería de personajes melancólicos, fue cónsul y docente, nómade entre las provincias de Cuyo y el Noroeste, y organizó en Santiago del Estero la Academia y el Museo Provincial de Bellas Artes, que hoy lleva su nombre. Viajó a Europa para formarse en Barcelona y en París. Cuando volvió de Europa, 1921, expuso en la Galería Chandler los primeros cuadros con influencias cubistas y fauvistas que se conocieron en la Argentina. Al poco tiempo, los destruyó, y volvió a su provincia natal y a sus temas, su tierra y sus hombres.
PASAR DE UN MEDIO A OTRO
Su faceta menos conocida es la que empezó en la Academia Ranson parisina, cuando conoció la fotografía como arte. «La mitad de sus profesores habían dejado de hacer pintura, apasionados como estaban por la fotografía», dice Sebastián López, curador de la exposición, que encontró una producción desconocida en 2009 mientras investigaba al artista. Gómez Cornet se inició en la fotografía al mismo tiempo que en el dibujo y la pintura. Cuando tenía diez años, su padre le regaló una cámara. «Un niño precoz y curioso, al que la revista Fray Mocho le dedicó un artículo cuando tenía 12 años», señala López. La foto se convirtió en una herramienta para bocetar sus pinturas, pero también fue obra independiente a partir de 1930. «Miraba por la lente con sus inteligentes ojos de pintor y pasaba de forma natural de un medio a otro», señala López.
En la muestraLadrón del Fuego -que está hasta el 10 de enero en Suipacha 658, 1er. piso-, se ven las copias que Gómez Cornet realizaba a mano en el laboratorio con técnica impecable, mientras como pintor era referente de la introducción de las tendencias modernas. Muestran a las puesteras del Mercado Armonía de Santiago del Estero y a campesinos también de Catamarca. Chicos y ancianos que atraviesan el tiempo. Sobre sus dibujos, pero aplicable también a esta serie de fotos, Romero Brest decía: «No es esquemático ni sensiblero: es esencialmente preciso». Están también una de sus cámaras fotográficas (una Argoflex) y publicaciones. «Creo que con las fotografías de Gómez Cornet comienza la fotografía argentina. Es uno de los fotógrafos más sensibles y con un dominio total de la técnica de impresión», destaca López.
En pinturas, dibujos, fotos y bocetos se ve el proceso creativo del artista, bien llamado el pintor de la tierra, por series como Santiagueños, reunida por primera vez en Buenos Aires. En Mendoza pinta paisajes con los que entra en la abstracción expresiva en 1940 con una técnica de cine recién inventada, el technicolor: usaba rojo, azul y verde para reproducir todos los colores. Hay retratos del propio Gómez Cornet, como una litografía hecha por Sergio Sergi y una fotografía del ruso Anatole Saderman: el ceño fruncido, la ceja levantada, sus ojos alertas.
El título de la muestra se lo da una frase de Miguel Ángel Asturias escrita en un catálogo de la galería Van Riel en 1956: «Robó el fuego en Europa para incendiar lo propio». Como un Prometeo criollo, buscó en las vanguardias europeas y en la alquimia de luz de la fotografía un conocimiento nuevo para pintar en tonos pardos la sencillez de su provincia.

Gómez Cornet por Saderman
UN PAR DE OJOS INTELIGENTES
Ramón Gómez Cornet
Artista argentino
- Uno de los grandes maestros del arte argentino y precursor de la pintura moderna en el país. Nació en 1898 en Santiago del Estero y murió en 1964 en Buenos Aires.
- Se formó en la Academia de Bellas Artes de Córdoba. Tomó contacto con las vanguardias en Europa, pero permaneció cercano a la figuración, dedicado a retratar a los hombres y mujeres de su tierra. Ganó el Gran Premio del Salón Nacional en 1947
- Su obra incluye dibujos, pinturas y fotografías
Categorías:Artistas
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