Julián Agosta, escultor de larga trayectoria, presenta 18 esculturas medianas de hierro batido, soldado y patinado en la Galería Palatina.
– ¿Qué representan estas obras?
– Se representan a sí mismas. Son obras no figurativas. Fermín Fèvre dice que tienen en realidad una figuración interior, diferente a la que estamos acostumbrados. Una vez, le preguntaron a Neruda qué significaba un poema y el respondió: significa esto. Y lo volvió a leer.
– ¿En cuánto tiempo creó estas esculturas?
– Siempre expongo cada dos años 18 o 20 obras, haciendo una selección entre las 30 que produzco, mediante una autocrítica feroz. Yo no paro de trabajar nunca. En mi taller hay una frase de Goethe que dice: “El talento es cosa de niños, el sacrificio hace al hombre y el trabajo al genio”.
– ¿Qué lo lleva a ser artista?
– Es mi forma de comunicarme con la gente, transmitir mi pensamiento, influir.
– ¿Influir en qué sentido?
– En todo sentido. Recuperar lo nuestro desde el hoy y el aquí, con una mirada absolutamente americana.
– ¿Para qué sirve el arte?
– Para joder. Debe perturbar, no debe ser un simple adorno, sino que debe obligar a pensar.
– ¿Qué les enseña a sus alumnos?
– Primero, el oficio. También, una línea de pensamiento, el amor al trabajo y al objeto supuestamente estético. Y les digo que en mi taller no se permiten milagros, pero sí se autoriza hacer magia.
Hasta el 14 de junio en Palatina, Arroyo 821.
LNR, 12-6-4
Categorías:Artistas
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