Rosina

 

Pionera

Rosina, una precursora de la moda argentina que sigue vigente con su prêt-à-porter y ropa de fiesta

Una alfombra colorada bordeada por esculturas romanas conduce a través de un patio a la doble puerta de entrada de la maison de Rosina, pionera de la moda argentina. Invita a pasar vestida con un trajecito de pollera y saco clásicos, de esos que ha hecho con maestría por miles, en colorado, su color preferido, y lleva en brazos a Felipe, su caniche toy y compañero incondicional desde hace ocho años y medio. Igual de fiel es la clientela de Rosina, que hace más de 40 años recurre a su atelier, donde se da cátedra del trabajo artesanal y perfeccionista.

Rosa Giallini de Corradini, el nombre completo de Rosina, nació en Cittá di Castello, Umbría, Italia, igual que la actriz Mónica Bellucci. Ahí mismo, a los 11 años, Rosina ingresó de aprendiz en una casa de moda. Transcurría 1943 y eran tiempos de guerra. Su tarea era barrer los hilos y alfileres del suelo para volverlos a utilizar, y deshilar prendas para convertirlas en otras. Por las mañanas iba a la escuela, y por la tarde aquel taller era un lugar más seguro, con un buen refugio para cuando sonaban las alarmas. Ha pasado el tiempo, pero Rosina siempre regresa a su ciudad natal, donde conserva la casa de su madre, que data de 1376 y fue declarada monumento histórico. Viaja dos veces al año y aprovecha para ver cada desfile de Valentino, Yves Saint Laurent y Christian Dior. Jamás se los pierde.

Lo de Rosina es una maison , como las de antes, donde en una misma casa se puede resolver desde el sport hasta la novia. Coinciden en la planta baja de Marcelo T. de Alvear 1721 su showroom, taller y hogar. En la pared cuelgan diplomas y premios, como la Orden al Mérito de la República Italiana en grado de Cavaliere, que recibió en 1998. Hay fotos de Rosina tanto con Christian Lacroix como con Mirtha Legrand.

Rosina no sale de su casa ni para los desfiles, que se hacen puertas adentro desde hace años. Hace un culto de la discreción: no va a ver colecciones ajenas ni habla de otros diseñadores, jamás revela el nombre de sus clientas (mucho menos sus confidencias), y asegura que su única vía de información es la revista Hola! Sus colecciones son exclusivas, de no más de 30 prendas, únicas todas. «No repito ni los botones y el trabajo es a medida. A mis clientas siempre las malcrié», sonríe.

-¿Cómo llegó a Buenos Aires?

-Vine por primera vez acompañando a mi hermana Gina y a mi sobrina Ana María, a los 16 años. Pero me gustó tanto la ciudad que enseguida quise volver para quedarme. Conseguí emplearme en la casa de moda Milani, y ahí fue donde me formé. A partir de 1960 comencé a trabajar por mi cuenta.

-¿Cómo fueron sus primeros tiempos en la moda?

-No había mucha competencia, al contrario, éramos muy unidas. Estaban Ana de Castro, Jacques Dorian, Milano, Alicia. Luchamos mucho por la Cámara Argentina de la Moda, de la que fui presidenta durante siete años. Aprendí muchísimo con Carola, que ni bien empecé me dio un gran consejo: Mirá y nada más .

-¿Y cómo se siente ahora?

-Me siento una mujer realizada, tranquila. Y pienso siempre en seguir trabajando. Me levanto y ya estoy sobre el tablero pensando en la próxima prenda. Si no estoy ahí, estoy en el taller, siempre produciendo.

-¿Qué vestido quedó grabado en su memoria?

-Uno que hice hace 20 años, de fiesta, tenía varias capas y todo terminado con rulito . Me acuerdo que la clienta me llamó después de la fiesta y me dijo que la próxima vez lo hiciera a mano. Yo me reí muchísimo, porque estaba hecho a mano, pero tan perfecto que no se notaba. Lo miró bien y me pidió disculpas. Recuerdo otro que hice hace 30 años, con volados de tul, en degradé del blanco al negro. Y otro bordado a mano con cinco kilos de piedras.

-¿Qué es la moda para usted?

-La verdadera moda es lo que a uno le sienta mejor. Escucho mucho a mis clientas. En lo personal, me gusta estar clásica, simple, sencilla. Muy sobria.

-Jamás usó jeans, ¿no es cierto?

-No me gustan los pantalones. A los jeans no los siento. Prefiero vestirme de manera más femenina, con polleras y vestidos.

-¿Qué prenda no puede faltar en un guardarropa de mujer?

-Siempre encabeza la lista un vestido negro, por más sencillo que sea. Después, un traje sport de seda, que sirve para toda época, en colores clásicos. El negro siempre salva.

-¿Un consejo que les daría a los estudiantes de diseño?

-Que aprendan a coser. No se puede inventar modelos sin saber cómo hacerlos en la realidad. Para eso, nada mejor que el trabajo en el taller…, aunque se empiece barriendo el piso. .

Por María Paula Zacharías

lanacion.com|

Jueves 27 de marzo de 2008 | Publicado en edición impresa

 http://www.lanacion.com.ar/998854-pionera



Categorías:Moda

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