Pequeños gestos de… Patricia Sosa

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Un pacto de honor

 

  • En El Impenetrable chaqueño, una tribu toba desesperada por la pobreza celebró el ritual del fuego para que sus dioses les dijeran qué hacer. En medio de sus plegarias, en la noche más oscura, por allá lejos pasó un auto y se escuchó una canción: «Y te amaré y te amaré». Lo tomaron como señal y trataron de identificar la voz. Alguien les dijo que era El mar más grande que hay, de Patricia Sosa, una desconocida para ellos. La cacique Paxi Quillán le escribió una carta con las necesidades de su pueblo: alimentos, remedios, agua potable y 1500 pesos para alquilar el camión con el que atravesarían la selva, el 24 de abril último, para repartir unas pocas donaciones. Sosa tardó 20 días en leerla. «Cuando la vi me dio un dolor de estómago. ¡Un pueblo entero me pedía ayuda!» Puso un S.O.S. en su página Web, www.patriciasosa.com , y consiguió en tres días 3146 pesos. Al poco tiempo se juntaron: «No podíamos creer que esto sucediera. Me di cuenta de que se estaba gestando un pacto de honor», recuerda Sosa. (Foto 1)

 

 

  • A los 45 días ese pacto tomó cuerpo. Sosa se internó en la selva con seis camiones llenos de cosas y esperanzas. Había sumado voluntades: sus colaboradores, su hermana Sandra, varios fans y el padre Sauro Ceccarelli, un capuchino de Pompeya que aportó 400 frazadas, un tanque de agua de diez mil litros y la determinación de viajar sin sotana, por el rechazo de la cacique ante cualquier evangelización. China Zorrilla recomendó a los médicos Pedro Sabando (experto en poblaciones en riesgo) y Claudia Ripolli. Así se armó la comitiva de veinte personas que el 23 de junio partió hacia La Pelole, Naalac N quinec (Paraje 614) y Villa Río Bermejito. (Foto 2)

 

 

  • Pronto su fundación, Pequeños Gestos, tendrá personería jurídica. Mientras, vende rifas a quien se le cruce. En sus conciertos pasa fotos de los tobas y recibe montones de e-mails. «De todos los pueblos se acercaron intendentes, ministros. El intendente de Villa Río Bermejito, Lorenzo Heffner, no apareció, pero mandó tres veces a la policía a pedirnos documentos. Tiene varias denuncias por discriminación», alerta. La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, mandó, en el segundo viaje que realizaron Sosa y su comitiva el 19 de julio, a doce trabajadores sociales para censar a los pobladores. Llevaron dos camiones llenos de alimentos y un megáfono, para no quedarse sin voz. «Me la paso gritando collac , que quiere decir vamos, y amsa votec , te quiero mucho.» Cuando llegaron los esperaban representantes de varias comunidades más. «Son miles. Ya les llevaremos ayuda.» En octubre viajarán de nuevo: «Vamos a la inauguración de las viviendas. Queremos agrandar una escuela que tiene 180 alumnos y una sola aula. Y necesitan una red de agua y luz eléctrica», cuenta. (Foto 3)

 

 

  • Al llegar al primer poblado los esperaban con banderas de colores. «Cuando bajamos de los autos se hizo un silencio. Nos miramos y corrimos a fundirnos en un abrazo que no vamos a olvidar.» En el Paraje 614, Sosa hizo oraciones a la Pachamama y al rey Sol, y el líder espiritual evangelista Delfín Castillo la coronó con una vincha y la nombró cacique por 48 horas. «Así estuve con mi traje de amor», dice. Otra noche de fiesta fue cuando se prendió por primera vez un grupo electrógeno y hubo luz de noche: «Se encendió un grito de alegría en toda la comunidad. Aplaudieron y lloraron. Nos decían niachic , que significa gracias». A esas alturas, la cacique Paxi Quillán era una de las mejores amigas del padre Sauro. «¡Ay, Dios mío! Todo allá es demasiado. El calor, el frío, la lluvia, la espesura del monte», suspira.

 

 

  • «Están abandonados. No ven otras personas; sólo gente que los discrimina o explota. Entonces, que llegue alguien con los brazos abiertos, una sonrisa, con ilusiones… Esos chicos tienen tantos piojos que nadie les hace una caricia en la cabeza», cuenta. De pronto, se pone seria: «El Impenetrable es una selva de un espinillo muy duro, entrelazado, que pincha, como si la vegetación estuviera furiosa. No se ve para adentro más que cinco metros. Hay chanchos salvajes, jabalíes, animales feos que se arrastran. Desde arriba debe verse como un laberinto con caminos hechos a machete. Y por ahí, en un blanco vive una familia. Algunos tienen taperas, que son nidos de vinchuca. En una pieza chica viven 18 personas». (Foto 4)

 

 

  • En una carpeta gorda compila los pedidos. En otra, suma voluntades. «Lo hago con mucha alegría y entusiasmo. Vivo una inmensidad mística. Me cambió el orden de las prioridades.» Acerca de sus proyectos, responde con el título de una de sus últimas canciones: Hasta donde Dios me quiera llevar.

.lanacion.com|

Sábado 30 de agosto de 2008 | Publicado en edición impresa

 



Categorías:Cultura y sociedad

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