Recetario de alta fidelidad
Historias de una cocinera que bien podría tener una disquería
- Melómana ferviente, la cocinera Narda Lepes recomienda tanto recetas como discos. Que no son precisamente los que pondrían Doña Petrona ni Choly Berreteaga para escuchar ante las hornallas mientras hacen un budín de limón. Ni siquiera su risueña coetánea Maru Botana. Lepes cocina en jeans, no usa diminutivos, sonríe lo justo, hace platos vietnamitas con Pearl Jam de fondo, y no se pierde un recital (ahí descansan, en su plancha de corcho, los tickets de varios shows). Por algún motivo es la elegida para alimentar a cuanta luminaria rockera visite el país. Ha cocinado platos simples y livianos para Red Hot Chili Peppers, Oasis, R.E.M, Robbie Williams, Blur, Jamiroquai y Aerosmith.
- Su enganche musical comienza temprano. «Fui hija única hasta los 16 años. La tele, mi mascota y la música me acompañaban un montón», explica. La mascota, a sus 9 años, era una perra que se llamaba Blondie, como la cantante. «Compraba mis primeros cassettes en la disquería El Agujerito, en Galería del Este.» A los 8 años se impresionó con el asesinato de John Lennon. «Mi mamá estaba en Nueva York y me llamó para ver si estaba bien… estaba muy conmocionada.» Pasó también por una etapa juvenil de Michael Jackson, Madonna y Guns n Roses. Como muchas chicas, se enamoró a los 15 de John Taylor, bajista de Duran Duran, lloró a mares la muerte de Kurt Cobain, y se inició en el rock local escuchando a Viuda e Hijas de Roque Enroll, Los Abuelos de la Nada y Los Twist. Después los fue conociendo a todos porque su padre, Juan Lepes, era escenógrafo de recitales y la llevaba de acá para allá, a los shows de Charly García también. En los años 80, Lepes puso una disco, Paladium, donde su hija era más que habitué. «La mujer de mi padre en ese momento era cantante de una banda que se llamaba Metrópoli: Isabel de Sebastián, que también hacía coros a los Redonditos de Ricota», recuerda. La misma Isabel de Sebastián que, por estos días, tras haber vivido un tiempo en Nueva York, integra un dúo musical (y amoroso) con Bob Telson, autor de la banda sonora de la películaBagdad Café .
- Pese a que la música y la cocina la apasionan por igual, descree de los maridajes: no piensa que el sushi se coma mejor con Chet Baker, ni nada de eso. Su disquería de confianza es Rock and Freud (Arenales 3337 local 2), donde se mantiene actualizada. Le resulta parecida a la de la película Alta Fidelidad , gracias a la que descubrió a The Beta Band. «En una parte, el disquero dice: ¿Querés que te muestre cómo vendo 10 discos en 20 minutos? Pone The Beta Band y todo el mundo empieza a tararear… y vende cantidad de discos de la banda», recuerda. También se ufana de sus hallazgos en Internet: «Hay bandas que ponen en sus páginas descargas gratuitas. Por ejemplo, al día siguiente de que tocara Pearl Jam en Ferro se podía bajar ese mismo recital donde el público argentino tarareaba hasta los solos de guitarra».
- Entre sus recomendados hay un disco de 1978: Comes a Time, de Neil Young: «Es tranquilo, un señor sabio, comprometido». También material de los años 90 de bandas ya disueltas como los estadounidenses Pixies y los británicos Blur, y los primeros discos de sus coterráneos Primal Scream. Para cosas de estos días, hace poco descubrió a Richard Hawley y su disco Coles Corner : «Canta muy grave, con una voz que parece de otra época». También alienta a escuchar al cantante nórdico Sondre Lerche (responsable de la música de la película Closer ) en el disco Duper Sessions .
- Lepes podría tener una disquería y, también, vender 20 discos en 10 minutos: podría poner, por ejemplo, a los británicos The Magic Numbers, las dos parejas de hermanos que también pasaron por Buenos Aires este año: «Todas las canciones de sus dos discos son lindas, para amplitud de gustos», asegura. Para voz femenina, se queda con la de Feist: «La escuchaba en la radio hacer un cover de los Bee Gees, Inside and Out , y no sabía quién era… hasta que la escuché en una disquería y le dije al vendedor: ¡Decime ya quién es!Tiene en una voz que no se puede creer», asegura. También invita a escuchar a los nórdicos y neofolk Kings Of Convenience en el disco Riot on an Empty Street , a los finlandeses Architecture In Helsinky en In Case We Die («música rara, con humor»), a Phoenix, los franceses anglocantantes que pasaron la semana última por Buenos Aires, y a Jack Johnson, que para Lepes siempre calma el ambiente: «Es un surfer con buena onda, suena hasta en la sopa… pero le gusta incluso a tu mamá».
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María Paula Zacharías
Sábado 15 de diciembre de 2007 | Publicado en edición impresa
Intimidades:http://www.lanacion.com.ar/971160-recetario-de-alta-fidelidad
Categorías:Cultura y sociedad
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