El implante salió bien, pero no puede ir a casa
Sigue en un hospital por la precaria condición en que vive
El 16 de enero último, Ezequiel -como lo llaman- trabajaba con su padre en la recolección de ramas en el barrio El Trébol, cuando el alambre que ataba al cargamento se soltó, se enredó en las ruedas del camión en que viajaban y le atrapó y seccionó ambas extremidades.
El joven ahora se recupera de la operación de trece horas que le practicaron en enero último. Luego de tantos meses confinado a una cama de hospital, hace quince días los médicos le dieron el alta.
Ezequiel muere de ganas de volver a ver a su gente, pero atraviesa una infección ósea por la que está fuertemente medicado. Y el polvillo, la humedad y la falta de calefacción de su casa, a medio terminar, atentan contra su salud.
«Hace dos meses que ando atrás de esto, pero nunca pasa nada; mandan albañiles, pero como no hay materiales se van y no vuelven», dice angustiada María Concepción Galván, su madre, aunque agradece al intendente los aparatos ortopédicos, el remise que tuvo a su disposición hasta hace un mes y los empleos que dio a su esposo y a su hija.
En cama desde enero, hace un mes y medio que Ezequiel empezó a andar en silla de ruedas, y espera ansioso el momento de caminar con muletas. Cuando hace unos días se paró sobre sus pies por primera vez, vivió una de las mayores emociones de sus 18 años.
«Lo que más extraño es caminar y jugar a la pelota», dijo el fanático de River abrazando el almohadón de ese equipo. «Pero también extraño a mis amigos, que hicieron tanto por mí.»
Ezequiel se refiere a Eduardo Farías, a Daniel González y a los muchos compañeros de colegio y amigos del barrio, que organizaron rifas de tortas y CD, y campeonatos de fútbol y voley para juntar dinero para que pueda volver. También a muchos vecinos del barrio humilde de Santa Angela, de Ezeiza, que quizá sin conocerlo se acercaron a ayudar con la obra.
Así pudieron comprar sábanas, un acolchado, un ropero y mesitas de luz. Entre todos revocaron las paredes y ayer donaron lo necesario para terminar el baño.
Las autoridades del Colegio Media I, donde Ezequiel estudió hasta ahora, aseguraron que podría incorporarse para cursar 5° año si está recuperado antes de octubre.
En el barrio empezaron los preparativos para recibirlo y entre sus amigos están tramando una sorpresa para darle la demorada bienvenida.
Según Héctor Lanza, jefe de Cirugía Plástica del Eva Perón, todo está saliendo como se esperaba y ya podría estar en su casa con controles semanales. Queda sacarle los tutores metálicos y en unos tres o cuatro meses es probable que tengan que hacerle una nueva operación para unir los tendones que faltan.
Estar en el hospital, aparte de tedioso, es riesgoso por las infecciones intrahospitalarias a las que se expone, además de ocupar una habitación tan necesaria.
«Queremos que vuelva a ser el chico que era, pero antes queremos que vuelva a vivir, porque ahora estamos sobreviviendo a la espera», reprochó su madre..
María Paula Zacharías
Publicada por La Nación, Información General, 1 de junio de 2001. Foto: Julián Bongiovanni.
http://www.lanacion.com.ar/309402-el-implante-salio-bien-pero-no-puede-ir-a-casa
Categorías:Cultura y sociedad
Al final que sucedio con este chico? Que será actualmente de la vida de ezequiel?
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estoy bien!! caminando…
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Hola Ezequiel! qué bueno tener noticias tuyas!!! Me alegra mucho!
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