Las calles de Martínez huelen a jazmín, a flor de azahar, a pasto húmedo. Pedalear hasta la casa del maestro Guillermo Roux, arrimar una vez más la silla junto a su sillón, es como renovar un ritual. El té frutal,… Leer más ›
Las calles de Martínez huelen a jazmín, a flor de azahar, a pasto húmedo. Pedalear hasta la casa del maestro Guillermo Roux, arrimar una vez más la silla junto a su sillón, es como renovar un ritual. El té frutal,… Leer más ›